Fue en 2006 cuando Jean-Pierre y Serge esbozaron el proyecto de instalar un molino en la panadería. La idea surgió con Gilles Servonat, comercial de Soufflet, y Jérôme Reynard, molinero-productor de einkorn en el Pays de Sault, que le aconsejaron invertir en un molino ALMA PRO.
Jean-Pierre llevó a cabo una investigación exhaustiva sobre la molienda, la planificación y la mejor fórmula con la que trabajar para conseguir un pan de sabor único en un proceso sencillo.
El resultado fue innegable: las ventas de panes especiales se dispararon y la panadería pasó a ser muy rentable. A sus clientes les encantaba el pan, y volvían cada vez en mayor número. Se había encontrado la fórmula, y el molino iba a ser algo más que una herramienta; situado en la tienda, hablaría de la intención que Jean-Pierre, Serge y Enzo llevaban en su proceso de elaboración del pan. El concepto del molino en la panadería fue un éxito, tanto humano como empresarial, con cifras que lo demuestran.
Jean-Pierre quiere compartir su entusiasmo con todos los panaderos; este proyecto es un éxito y todos deberían beneficiarse de él. Pero los panaderos necesitaban poder encontrar el grano.
Gilles Servonat y Charles Joussely, que trabajan en Moulins Soufflet, creyeron en el proyecto; con Jean-Pierre, querían que Moulins Soufflet proporcionara grano seleccionado, limpio y envasado en sacos de 25 kg para cada panadero equipado con un molino.
Hacer avanzar las cosas nunca es tarea fácil, y con la llegada de Hugo Montjaux como responsable comercial nacional, el proyecto tomó forma: Moulins Soufflet quería que cada uno de sus panaderos estuviera equipado con los mejores molinos en sus panaderías, con un servicio de entrega de grano ecológico preparado en sacos de 25 kg.
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