En el corazón del encantador municipio de Gouesnou, ubicado a pocos kilómetros de Brest, se encuentra una panadería como ninguna otra. ¿Su secreto? Un pan especial que hace felices a los habitantes y visitantes, un pan que representa la autenticidad y tradición de Bretaña.
El pan estrella de esta tienda es mucho más que una simple rebanada de pan. Mickael Clouarec es el propietario de la panadería. Ha dado a este pan un alma especial. Esta identidad proviene de las profundas raíces de la región.
Lo que hace que este pan sea tan especial, es ante todo su procedencia. De hecho, el trigo utilizado para su fabricación se cultiva a solo 10 km de la panadería. Un trigo seleccionado cuidadosamente, fruto del arduo trabajo de un molinero apasionado que se esfuerza por ofrecer una harina local excepcional.
Pero el secreto no termina ahí. La preparación de este pan requiere un auténtico saber hacer artesanal. Con una hidratación entre el 90 % y el 100 % y una fermentación con levadura natural, cada paso se piensa cuidadosamente para obtener un resultado óptimo.
El pan del Moulin de Gouesnou se conserva durante mucho tiempo, permitiendo a los clientes disfrutarlo fresco durante varios días. No es una casualidad, es gracias a su calidad.
La panadería no solo ofrece deliciosos panes. También ha diversificado su oferta creando las “Pasta Box”, pasta preparada a partir de la misma harina del molino.
Deportistas de alto nivel como los jugadores de fútbol del Brestois disfrutan mucho comiendo estas pastas del Moulin de Gouesnou. Esto naturalmente plantea la pregunta: ¿podrían estas pastas ser el secreto de su éxito en el campo?
Los seguidores ya están soñando con una clasificación para la Liga de Campeones el próximo año, impulsada por los sabores auténticos de la región.
En última instancia, detrás de cada bocado de este pan distintivo se esconde una historia, la de una familia apasionada, un terruño generoso y un saber hacer transmitido de generación en generación.
El Moulin de Gouesnou no solo alimenta los cuerpos, también alimenta las almas, ofreciendo a cada uno la oportunidad de probar la esencia misma de Bretaña, a través de un pan que encarna todo su carácter y riqueza.